Imaginen por un momento lo siguiente: que de un día para otro un grupo de pingüinos decide visitar el patio de tu casa y quedarse ahí. Eso le pasó a Cecilia y su familia. La pregunta siguiente para ellos fue: ¿Qué hacemos ahora? Afortunadamente, una fue la respuesta: Tenemos que protegerlos.

Nuestra fundadora habla con convicción, con la claridad que dan años de trabajo en un proyecto que comenzó como un sueño en 2010, cuando el Pingüino Rey se estableció en Tierra del Fuego, específicamente en Bahía Inútil. Desde entonces, la colonia ha mostrado un paulatino aumento, gracias a la protección de dicho asentamiento.


“La familia de mi marido se ha dedicado a la ganadería desde la década del ‘60, desarrollando esta actividad de forma habitual en Tierra del Fuego. Hace 10 años empezamos a observar la presencia del Pingüino Rey, lo que atrajo la presencia y curiosidad de terceras personas. Estas personas provocaron nuestra primera reacción, lo que se transformó con el tiempo en un proyecto para proteger a los pingüinos, recuerda Cecilia, quien comenta que con el paso del tiempo se fueron implementando técnicas y procedimientos que permiten la convivencia del turismo y la conservación, proceso que implica estar permanentemente resguardando el hábitat del Pingüino Rey en Bahía Inútil.


Sobre qué hubiese pasado con los pingüinos de Bahía Inútil sin esta protección, Cecilia es categórica: “Simplemente, no estarían. La presencia de terceras personas era manifiestamente dañina para la especie con conductas totalmente inapropiadas”. Respecto a que ha implicado para la familia emprender este proyecto, señala que, en primer lugar, un gran esfuerzo personal, ya que se trata de una actividad un poco ajena a la ganadería. “Día a día es bastante complejo, pero a la larga se alcanza una importante satisfacción familiar al apreciar que nos hemos ido adaptando, con bastante reconocimiento, a esta nueva realidad”.


Ante la consulta sobre qué siente al ver hoy a la Reserva Natural Pingüino Rey, Cecilia no duda: “Mucha satisfacción”. Y agrega que no sólo se ha protegido a los pingüinos, si no que existe en el área una importante presencia de restos arqueológicos y de flora nativa, además de una diversidad de aves y especies marinas, que hacen un conjunto de vida natural que se trata de conservar de la mejor manera posible, destinando para ello gran parte de los recursos que ingresan a la Reserva. 


Finalmente, envía un mensaje a quienes desean visitar el Parque Pingüino Rey: “Esto es único, al menos en Tierra del Fuego, por lo tanto, es digno de conocer y valorar”.